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viernes, 9 de enero de 2009

Maldita calvicie.

En mi reciente viaje en busca de mi añorado norte he podido constatar barias cosas: La primera es que existe un lugar llamado Logroño en el que, a pesar de haber pasado tan solo unas horas, he podido constatar que goza de un núcleo antiguo lleno de vitalidad (algunos habrían de tomar nota de ello). Su zona de alterne con sus sabrosos "pinchos" y su buen vino, bueno esto último por lo que cuentan, porque mi capacidad para distinguirlo no va más allá de si me entra bien en el gañote o no me entra. Otra cosa, que ya sabia, pero que he confirmado, es que Cantabria ofrece al visitante una variedad de paisajes inigualables. He vuelto a confirmar que me gusta mucho más la iglesia "vieja" de Torrelavega que no la "nueva", que la reforma de viejos edificios, si conserva su estructura primigenia, luce mucho mejor y queda mejor integrado en el entorno, que el encanto de las casonas de piedra cántabras es un regalo para la vista. También he constatado que la actividad humana puede provocar heridas irreparables en la naturaleza, de las que mi norte no está exento. Desde cráteres inmensos hasta desmontes para urbanizaciones ridículas. La urbanización de parajes, antes dedicados a la ganadería, ha sido brutal en estos años . Incluso ya ha llegado a la vera de mi querida casita. Los viejos medios de transporte colectivo continúan, eso si, modernizados y dignificados. Modernizado han dejado el Hospital en el que trataron, y consiguieron, arreglar un poco a quien esto escribe. No pude evitar la tentación de volver al lugar donde tantas vivencias se generaron y donde, en cierta manera, se fraguo mi carácter. Visita obligada para constatar que el caballo y el caballero ya no están. Raqueros homenajeados en Puerto Chico y la gran decepción de no poder captar las bellas imágenes (agoté la batería de la cámara) de un Sardinero casi desierto pero con una belleza especial, quizás por estar desierto. Desierta estaba Santillana del Mar la mañana del sábado día cuatro. Un placer poder pasear sin agobios por sus ancestrales calles. Eso si, descubrí que el gordo de rojo que se encarama por los balcones no se achanta ni con las viejas casonas de tan ilustre lugar. La rama vasca de la familia puso punto final a unos deseados días de hartazgo de norte. Tan solo un disgusto: Una inoportuna foto, realizada por mi sobrina Azu, mientras jugaba con su hija Lara, me descubrió algo que me tiene descorazonado desde entonces, ¿porqué nadie me dijo que tengo esa inmensa calvicie en la coronilla? ¡Jesús que disgusto!, no me lo quito de la cabeza.

Esta es la cronología en imágenes.

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12 comentarios:

Jose Antonio dijo...

No te apures mucho con la calva, dentro de 100 años creo que todos vamos a estar calvos o peor aún esqueléticos.

Saludos Cordiales.

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

Ja, ja.
Si el gobierno tuviera solo ese problema.
Un abrazo.

Cèlia dijo...

Jo et veig amb tants bons ulls... que ni m'hi he fixat! El proper dia que ens veiem, ja veuràs cap on miraré! He, he!

Merce dijo...

Bah!!! eso es ya moda, no te preocupes. Los hay que llevan peinado con raya ancha y pasa completamente desapercibido.

Bicos

Anónimo dijo...

No es calvicie, es experiencia... ¡Saludos!

maria gemma dijo...

Es calvicie y ¿que? acaso importa... a no ser que te injertes cabello, no conseguirás quitártela de la cabeza, jajaja...

Lo que es importante es como es cada uno y creo que das la talla, amigo...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Fermín,

Ni tanto, ni tan calvo. Además no te olvides que 'la ocasión la pintan calva', así que no desaproveches ninguna ocasión que se te presente.

Bienvenido a la cofradía, tampoco es tan grave el problema. A tu sobrinita, por lo que se ve en su sonrisa, lo que le gustaba era tu cara y tu barba.

Lamento que no pudieras sacar las fotos del Sardi, pero si me indicas una dirección donde enviártelas te mandaré una presentación hasta con música de aquel viejo enamorado de Santander que se llamaba Jorge Sepúlveda. ¡Ya han pasado años!

fermin dijo...

Gracias a todos por vuestras palabras de ánimo. La verdad es que no sabia que mi coronilla estaba tan... despejada. Sinceramente no me importa, es una característica familiar y a mi ha tardado en llegarme. Lo comente como continuación a la chanza que montamos en casa a cuenta de ello.
Julio mi correo, por si no te ha llegado por otras vías es: feroma55@gmail.com. Gracias y espero esa presentación.

Carmen dijo...

Como ya te comenté he vivido durante unos años en Cantabria.

Primero fue en la calle Castilla, y más adelante viví en Mogro, un pequeño pueblo que está cambiadísimo y que ya no es el que era, aunque hace al menos cuatro años que estuve por última vez.

Santillana del Mar la conozco bastante bien, pues cada vez que venía algún familiar era visita obligada por su belleza... espero que no me la hayan camiado también
Y que decirte del Sardinero y sus playas...

En fin tengo buenísimos recuerdos de esta bella Cantabria y cada vez que puedo vuelvo a visitarla aunque ahora viva en el sur.

Un gran beso y feliz semana!!!

Almudena dijo...

¡Anda paisanuco, si eres potugués! Es broma:)

Veo que lo has pasado bien en la tierruca. Me alegro.

Y lo de la foto no te preocupes para eso está el fotochop.

Un besuco.

fermin dijo...

Anjanuca portugués, portugués... no, pero al laduco mismo de Torrelavega. ¿Te suena Ongayo?.

Anónimo dijo...

Yo tnego problemas con la calvicie. Te paso un dato, estoy probando lo nuevo de fructis (www.stopcaida.com.mx), estoy contento con los resultados!!!
Saludos

Pablo

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